miércoles, 2 de septiembre de 2009


MISERIA HUMANA o TIENE MÁS EL RICO CUANDO EMPOBRECE QUE EL POBRE CUANDO ENRIQUECE


En la rueda de la fortuna de la vida me ha tocado estar algunas veces arriba y otras muchas abajo. Para algunos amigos míos esa situación -estar abajo- es muy cercana a la muerte, no conciben que el mundo funcione sin su participación.


Afortunadamente para mi, cuando cumplí 10 años de edad, mi sabia madre me regalo un cuadro con un poema de Rudyard Kipling en el que algunos párrafos decían:


"Si el triunfo y el desastre no te imponen su ley,

y los tratas lo mismo como a dos impostores;

si puedes soportar que tu frase sincerasea trampa de necios en boca de malvados


. . .Si puedes mantener en la ruda pelea

alerta el pensamiento y el músculo tirante

para emplearlos cuando en tí todo flaquea

menos la voluntad que te dice: ¡Adelante!


Si entre la turba das a la virtud abrigo;

si marchando con reyes del orgullo has triunfado;

si no pueden herirte ni amigo ni enemigo . . .

Tuya es la tierra y todos sus codiciados frutos

y lo que más importa: ¡serás hombre hijo mío!"


Bueno, en eso de que no puedan herirme los amigos, a veces fallo, y me sorprendo ante la actitud de algunos, pero es la lealtad de otros la que me hace reconocer la verdadera amistad.


Hace aproximadamente mes y medio renuncie a la presidencia de la Asociación de Lucha de la UNAM. Lo hice de mutuo propio. Fue mi propia decisión y voluntad la que me hizo separarme. Creo verdaderamente que cuando uno esta en determinado lugar, debe de dar lo máximo de si para alcanzar las metas que se proponga, pero no hay que permitir que el cargo se mimetize con nosotros.Para mi lo más importante es ser Yvar. Lo valoro mucho más que el ser director o presidente o líder de cualquier organización. Cuando parece que yo soy importante por el cargo y no el cargo por mi, prefiero alejarme y darle mayor peso a mi personalidad.


Por eso me sorprende tanto cuando escucho aullar a la jauría humana. Ladrar por huesos y pellejos. Miro con estupor como se generan alianzas entre aquel que tenía un desempeño modesto pero digno, con el que nunca trabajo, ni generó productos, ni aportó ideas, con él que sólo sabía hablar de si mismo.No puedo negar dolor cuando los veo convertirse en cómplices del poder corrupto, apoyarse en quienes siempre nos han golpeado. Más nada puedo hacer. Yo escogí el camino, y hay quienes nunca pueden escoger nada.


Me quedo tranquilo, pero en pie de lucha: alerta el pensamiento y el músculo tirante. Espero los movimientos de la rueda de la fortuna, a veces arriba, a veces abajo, siempre a diferentes alturas. Pero veo girar otras ruedas. Esas no suben, ni bajan, su movimiento es solamente horizontal, se mueven tan solo a nivel del piso. Como un carrusel, en el que de cualquier forma, las criaturas salen mareadas.


YVAR